viernes, 14 de abril de 2017

La cultura del dólar barato llegó para quedarse

Cuando Carlos Menem recibió a los Rolling Stones en febrero de 1995 lo hizo con un ojo puesto en las encuestas electorales. En mayo se jugaba la reelección presidencial. Sabía que los músicos británicos eran muy populares y que habían llenado varios estadios de River. Pero esa fotografía fue también la cristalización de un fenómeno igual de trascendente para la estrategia política del riojano: otra demostración práctica de la riqueza cosmopolita que podía disfrutar la clase media argentina gracias a la convertibilidad, ese régimen que llevó el atraso cambiario a su máxima expresión. En esa época los artistas internacionales visitaban el país tentados por la generosa billetera en dólares de los argentinos, que además viajaban por el mundo haciendo compras.